Este pequeño apartamento de 45 m2, adquirido como inversión, con la intención de ser alquilado, llevaba 20 años deshabitado. Por ello fue necesario llevar a cabo una reforma integral con redistribución de espacios y renovación de electricidad y fontanería.
La cocina, que ocupaba una pequeña habitación al fondo de la vivienda, se integró en el salón. Con el máximo almacenaje y un acabado sencillo y luminoso, ahora enmarca un ambiente cálido y funcional que conecta de forma armoniosa con la sala de estar.
El antiguo espacio de la cocina se repartió entre el cuarto de baño que, sin lugar a dudas, necesitaba ampliar sus dimensiones, y la habitación principal.
El resultado son un baño cómodo y bonito en el que no falta ni sobra nada y dos habitaciones amplias y llenas de luz.
Para el suelo se optó por una tarima preciosa y muy resistente, homogénea para todas las estancias. De esta forma se favorece una mayor sensación de amplitud, al tiempo que su acabado acogedor y moderno aporta un estilo nórdico, funcional y atractivo.
La iluminación de bajo consumo, cuidadosamente escogida, permite, al ser regulable, adaptar cada estancia y cada momento al ambiente que queremos propiciar.
El resultado: un apartamento cálido y confortable que se alquiló el mismo día en que sus fotos fueron publicadas.